EL LABERINTO
He estado aquí entre tres y
cuatro meses. Lo calculo a medias por mis periodos menstruales, pero me he
deteriorado mucho así que es probable que este mes no lo tenga. Además, él lo
detesta y suele ser aún más cruel que te costumbre en esas ocasiones. El resto
del tiempo lo calculo por las veces que nos trae de comer. Una vez al día y
cuando estamos heridas, dos. También estoy segura de que nos inyectó algún tipo
de anticonceptivo cuando recién nos trajo. Yo podía sentir el pequeño ardor y
un absceso en mi nalga cuando desperté, estoy segura de que no lo tenía antes y
considerando que no me he embarazado a pesar de las violaciones me hace creer
que eso era.
Hoy desperté escuchando un
lamento extraño. Entre llanto y suspiro, pero muy bajo, se percibía muy cerca
como para ser Martha, cuando escucho llorar a Martha es diferente, ya me sé sus
llantos de memoria y esto fue distinto ¿Será el fantasma de Paula que ni en la
muerte encuentra manera de salir? ¿Acaso será Mariana? Mariana lleva un buen
tiempo entrando y saliendo de mi mente. Quién es o era, fue una de nosotras tal
vez; atrapada en el laberinto de oscuridad que poco a poco se disuelve hasta empapar
cada pasillo de la mente. Quizás es alguien de su pasado y por eso él la piensa
aún ahora, una novia a la que quiso o alguien que le gustaba. Él no acabo en
esta situación así porque sí. El laberinto de oscuridad lo cubre a él tanto como
a las paredes que me rodean. ¿Quién era antes de convertirse en este monstruo?
Todas éramos personas muy distintas antes de esto. A Paula el encierro le arrebató todo instinto
de autoprotección, la convirtió en una masa temblorosa incapaz de nada,
finalmente en absolutamente en nada. Martha era bastante decidida y creo que en
su esfuerzo por sobrevivir se ha vuelto como un ratón, moviéndose a hurtadillas
para no ser detectada, pero haciendo el intento de apelar a la poca humanidad
que pueda tener él. Creo que de cierto modo le funciona porque la prefiere, aún
le es útil y mientras le sea útil no la va a matar.
Yo, yo por otro lado a duras
penas puedo recordar quién fui antes del secuestro. Mis recuerdos se van
haciendo lejanos y borrosos. Hace un par de días sin ningún motivo estaba pensando
en mi departamento. Mi preguntaba si alguien habría ido a buscar pistas después
que desaparecí, en ese momento me di cuenta que, no me acuerdo ya de mi propia
casa. Mis cosas y mis muebles están muy tenues en mi mente, no sé si estaba en
el segundo o el tercer piso. Tampoco me acuerdo de mi cama. Estuve divagando por
horas tratando de recordar el nombre de mi gato, en cierto punto me caí en
cuenta de que yo no tengo un gato. Tuve uno, pero se escapó poco después de que
murió Javier y jamás volví a tener mascotas. Estoy tanto tiempo atrapada dentro
de mi mente que las ideas se van torciendo, se hacen nudos y se empapan de negrura.
No sé quién era yo ni lo que quería, qué cosas me gustan y cuáles no, cómo se
llamaba mi gato y qué iba hacer el día de mi secuestro, cuánto tiempo había pasado
sin ir a ver a mis papás, cuánto más sin salir con un hombre, cómo era cuando
niña, cómo era antes de la muerte de Javier.
¿Acaso yo soy Mariana?
Y si no ¿por qué él me llama así?
¿por qué su fantasma atormentado viene a sollozar en mi oído por las noches?
PARTE 1PARTE 2
No hay comentarios.:
Publicar un comentario