¿ME HAS VISTO?
Tengo que encontrar la manera de
entender y abrirme camino. Tengo que tratar de entenderlo para encontrar una
salida de aquí. Sigo con la idea de que la tenue luz que hay es para que
alguien nos mire. Hace unos días mientras estaba conmigo, sostenía mis brazos
con su mano derecha y me mordió un seno. Yo lo noté desesperar y voltear arriba
al punto más oscuro del techo. No estaba concentrado en mí sino en ese punto de
obscuridad ¿qué hay ahí? ¿por qué le preocupa tanto? Yo observaba su
comportamiento mientras me veía lejos de mí. Él estaba nervioso, pero qué
podría ponerlo nervioso a él mientras me está torturando a mí. Yo no lo atacó
ni opongo resistencia ni grito. Me voy hacia dentro de mí, es como mi me hundiera
entre las paredes de mi cuerpo, sumergiéndome en un mar de adormecimiento, lo
miro a él lejano, arriba en la superficie. Entonces siento que me desprendo de
mí, me suelto y yo ya no soy yo, dentro de mí: nada.
Cuando me salgo de mi misma ya ni me duele
nada, todo parece un sueño que yo veo de lejos, como desde arriba. Me puedo ver
a mí y lo puedo ver a él, el cuarto y las puertas. Hasta noto que me tortura
más por buscar una reacción que porque le cause algún placer y después voltea
al techo. Casi disculpándose, inseguro y nervioso porque yo me he vuelto algo
más parecido a una muñeca de trapo que a una persona.
La única explicación que tengo
hasta ahora es que nos miran. Hay alguien allá afuera viendo esto, y esperando
un resultado que yo no doy. Eso molesta y llena de la ira suficiente como para
asustarlo a él ¡a Él! Por esa misma razón va más con Martha, ella todavía llora
y se retuerce de dolor, ella todavía le es útil. Pero si yo no ¿por qué me
conserva? ¿Por qué no me ha matado a golpes igual que a Paula?
¿Qué hay en mí lo suficientemente
fuerte como para seguir manteniéndome con vida?
Poco después de que mató a Paula,
cuando yo todavía lloraba vino a donde yo estoy en un momento poco común no
sabría decir si era día o noche, pero fue antes de la comida. Llegó casi
corriendo, azotó la puerta y ni siquiera la cerró detrás de sí. Me arrancó toda
la ropa harapienta que tenía me violó contra la pared. Después me azotó contra
el suelo y me dijo muy, muy bajo al oído “Mariana”. Sentí toda la piel de mi
cuerpo erizarse, un sudor frío me recorrió la espina dorsal y por primera vez
en mucho tiempo sentí tremendas ganas de llorar en pánico. Se quedó dormido sobre mis senos por lo que me
pareció una eternidad. Hasta ese momento no había tenido tanto miedo de nada de
lo que me había pasado, lo sentía respirar sobre mí, abrazarme mientras estaba
soñando. Entre sueños me volvió a decir “Mariana” y al cabo de mucho rato se
levantó, cerró la puerta tras de sí y se fue.
No pude dormir por lo que
debieron ser días ¿Quién es Mariana? ¿Por qué me llamaba así? ¿Qué pasaba por
su mente torcida al abrazarme para dormir? ¿Habrá hecho a Mariana lo mismo que
me hace a mí? ¿Quién nos está mirando desde el rincón más tenebroso del techo a
toda hora? ¿Quién es? O mejor dicho quiénes son y qué quieren. ¿Qué querían de
Mariana? ¿Qué le hicieron? ¿Mariana es la razón por la cuál han decidido no
matarme todavía?
PRIMERA PARTE