Carta 6
Febrero 12
Hoy
afuera del periódico había un músico
cantando. Me ensordecí entonces, la música ya no me entra con nada, sin ti la
vida no tiene música. No he podido concentrarme para ver mis recuerdos y la
música me apuñala con las notas, es como si no viviera. Tieso como un pájaro
muerto, polvoso y enmarañado en miseria, eso queda de mí.
La
tierra bajo mis pies pareció secarse, no quería llorar ahí pero lo hice un
poco. Los demás me vieron pero voltearon la mirada para evadir la pena. A mis
años y con mi cara; no fue un
espectáculo bonito. Yo sigo siendo nada
y en todo éste tiempo me he dado cuenta que quizá fue lo mejor. Hubiéramos sido
felices pero no tendrías todo con lo que has soñado. Pero me olvidaste, me
olvidaste y subiste a ese tren sin siquiera pensarlo.
Hubiéramos
sido felices.
Él
llegó y la elección era muy fácil ¿no es así?
Eras demasiado para quedarte toda la vida lavando trapos sucios. ¿Qué
significó todo lo que vivimos juntos? Yo di todo de mí ¿No te dolió ni un
poquito dejarme así para morir? ¿Un poquito siquiera?
Cierro
los ojos un poco y te veo dentro de mí, creo que no, no sentiste nada de nada.
Ya pa qué pregunto. Él es todo lo que yo no, de buena familia; nada de
borrachos y arrabaleros. Tiene casa, paga criados, hasta un chofer, fue a una
buena escuela y sabe hablar francés. Tú estarás mejor con él, a lo mejor y
serás un mero artículo decorativo como sus obras de arte, a los tipos estirados
les gusta coleccionar cosas bonitas que les alegren el día. Tú eres la más
bonita de todas. Era todo lo que esperabas de un buen marido, hasta es guapo.
Yo soy un malviviente de poca monta que no sirve para nada, a quien todos
abandonan, que no hace nada bien más que su tedioso y repetitivo trabajo. Yo te
hubiera lastimado, porque no puedo ser quién tú necesitabas que fuera, tú ya
hasta eres alguien más; capaz que te veo y no te conozco, ahora ya eres una
señora de buena casa, no la muchachita que con su sonrisa me dio a luz en la
colina de las flores, esa muchachita seguramente se murió conmigo.
Pero
yo sé que hubiéramos sido felices María.
¿De
verdad te fuiste para nunca más volver?
Juan.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario