jueves, 27 de agosto de 2020

CARTAS A MARÍA CARTA CATORCE

 




Carta 14

8 de Mayo

Hoy no me desperté sudado, ni llorando, ni con la garganta seca. Hoy no me hizo molestia el cantar de las gotas de lluvia en la ventana. Mi vida se volvió desierto, pero ahora me parece María que sólo se hace silencio. A lo mejor por fin se me ha hecho un callo grueso en la boca del ardor que ha dejado el siniestro dulzor de tu aliento sobre mis labios. Por eso puedo beber del fuego de tu recuerdo esta mañana, porque ésta mañana el sonido de tus pasos al subir al tren me suena menos a plomo y más a nube. Ya tengo un callo para que no me haga pedazos.

Aunque tu fantasma insista en perseguirme a lo largo del día ¿cómo me doy a entender? Aunque tu fantasma me persiga incesantemente; al menos tu fantasma es un poco que puedo conservar de ti. De los momentos que corren por mis venas y del aroma de todas tus sonrisas de verano.





Es lo que me queda de ti María: tu fantasma acosándome a lo largo de las horas. Llenando mis noches de terrores y angustias, mis sueños de pesadillas y mi vacío de ti… con un poquito de tortura, que de cierta manera es tuya. Yo volvería hacerlo todo, todo una y otra vez María. Las metidas de pata, las peleas innecesarias, las escapadas y aventuras fuera de tu ventana. Esas reuniones secretas atrás de la panadería y todas las mentiras que tuvimos que decir para seguir bebiéndonos los labios un poco más. Yo volvería a vivirlo todo, incluso volvería a verte subir a ese tren con tal de besar tus labios una vez más, me arrastraría por este infierno de nuevo si eso me diera la bendición de tenerte en mis brazos. Pasaría por esto mil veces si con eso te tuviera cerca un poco más. Tenerte a ti y no únicamente el espectro fantasmal de todos los sueños que murieron cuando te fuiste, las almas de los hijos que no tuvimos. Se siente como un costal de carbón que llevo a cuestas colgado al cuello, oscila entre la ira y el pánico, pero jamás lo puedo desamarrar. Siento que soltar ese peso es como soltarte a ti. Es dejarte atrás. Yo no puedo dejarte atrás. No puedo desprenderme de ti y así tenga que verte subir a ese tren cien veces yo no te suelto. Estás en mí, en mi mente, en mi aliento, en la luz de mis ojos, en la sangre que corre de mis labios, en mis pesadillas y en cada poro de mi piel. ¿Cómo se arranca uno el alma de la noche a la mañana María? No se puede.



Yo me quedo prendado de tu fantasma y tú haz de andar viviendo la vida de reina ricachona con todos esos cachivaches que yo jamás podría comprarte con mi sueldo miserable de periodiquero. Vas a tener hermosos niños con mejillas sonrosadas que jamás tendrán sus pantalones parchados y calzones remendados. Que no andarán descalzos brincando en charcos de lodo después de las lluvias de verano. Que no comerán un bolillo remojado en chocolate, porque no alcanza pa otra cosa; cuando el invierno cala frío. ¡Qué van andar sabiendo tus hijos de la renta! De que no hay agua o que hay que prender el fogón.

Juan

DETÉN LA OBSCURIDAD

“¿POR QUÉ SIEMPRE ME DEJAS MARIANA?” Edge of the circle No puedo ni recordar lo que me hizo, pero ahora duerme. Parece muy tranquilo, está s...